El futuro del empleo turístico en Iberoamérica
El turismo en Iberoamérica enfrenta el desafío de adaptarse a un mercado laboral en constante evolución, marcado por la digitalización y la innovación tecnológica. Esta transformación requiere una fuerza laboral capacitada y adaptable. Sin embargo, la realidad es que alrededor de 6,8 millones de jóvenes estuvieron desempleados en América Latina y el Caribe en el último año, y la informalidad laboral afecta al 58% de los jóvenes empleados. Esta desconexión entre las habilidades disponibles y las demandas del mercado limita la competitividad del sector turístico. Es esencial desarrollar programas de formación que no solo sean accesibles, sino que también estén alineados con las necesidades actuales del mercado turístico. La colaboración entre instituciones educativas y empresas es clave para garantizar que los jóvenes adquieran competencias relevantes y actualizadas. Además, la implementación de políticas que fomenten la formalización del empleo juvenil contribuirá a reducir la precariedad laboral y a fortalecer el sector.
Esta desconexión entre las habilidades disponibles y las demandas del mercado limita la competitividad del sector turístico. Es esencial desarrollar programas de formación que no solo sean accesibles, sino que también estén alineados con las necesidades actuales del mercado turístico. La colaboración entre instituciones educativas y empresas es clave para garantizar que los jóvenes adquieran competencias relevantes y actualizadas. Además, la implementación de políticas que fomenten la formalización del empleo juvenil contribuirá a reducir la precariedad laboral y a fortalecer el sector.
En el Foro, se buscará establecer un compromiso entre los actores públicos y privados para diseñar estrategias que mejoren la empleabilidad juvenil en el turismo. Esto incluye la promoción de la formación dual, el apoyo al emprendimiento joven y la creación de marcos regulatorios que faciliten la inserción laboral formal de los jóvenes en el sector turístico.
Reducir la brecha entre habilidades demandadas y competencias ofrecidas.
Disminuir la informalidad laboral en el sector.
Preparar a la fuerza laboral para la transformación digital.
Establecer itinerarios claros de desarrollo profesional.
Desarrollar modelos inclusivos de gobernanza.
Implementar programas de formación actualizados.
Crear oportunidades de empleo de calidad.
Fomentar el espíritu emprendedor.